DIARIO DE UN VIAJE A EUROPA- PARTE 21

ULTIMO CAPITULO

MADRID

   Son las 8.15 y salimos para Madrid.

   Es el último tramo de  600 kilómetros de extensión  que nos falta recorrer, en el bus conducido como siempre por nuestro maravilloso chofer,  Jesus,  y narrado en forma ejemplar por Maty, nuestra sabia e inteligente guia, quien fue para todos nosotros, durante esta travesía, la mejor y  experimentada consejera,  útil traductora de varios idiomas, maternal con algunos de nuestros achaques y cariñosa con todos y de quien nos costará mucho despedirnos.

   De este modos abandonamos Barcelona rumbo a Madrid en un dia espléndido.

   Algunos compañeros del grupo ya no están con nosotros, como un matrimonio mexicano que se cansó de viajar en bus y está volviendo a Madrid en avión; dos matrimonios uruguayos que decidieron volverse a Italia en un auto alquilado y Pedro, que viajaba solo  que se volvió a Sicilia para quedarse con su familia hasta ese fin de año.

   Este trayecto no nos ofrecerá  demasiados atractivos ya que tendremos que cruzar el centro de España, o sea la zona mas árida; con colinas que parecen médanos y algún un caserio con algunos cultivos.

   En el bus proyectan una pelicula de Isabel Pantoja,  famosa en esa epoca, titulada "Yo soy esa"  que resulta para mi tan aburrida que me quedo dormida al instante.

   Al mediodia, paramos para almorzar y decido gastarme mis últimas pesetas. Pido medio pollito  que más bien parece un pajarito  con papas fritas, y de postre una copa de frutillas  todo regado con una cerveza. Total  16 dolares.

   Una vez en el bus, Maty se despide de todos nosotros y algunos del grupo tambien lo hacen utilizando el micrófono  aprovechando para recordar alguna anécdota graciosa vivida en este viaje.

   Jesus tambien se despide y nos informa que habremos recorrido al llegar a Madrid, en total, 8.602 kilómetros.

   Mi cuñado Orlando es declarado el poeta de la excursión con su apasionada y romántica interpretación de nuestras experiencias y tambien el políglota  ya que con mucho ingenio logró comunicarse en todos los idiomas.

   Eligen a la más elegante, que llevaba un nutrido equipaje y tenia la paciencia de ponerse todos los dias algo distinto;   los más dinámicos que eran incansables; los  más simpáticos y hasta los más pesados como plomos.

   A mi me designan como la más aplicada  porque tuve la constancia de tomar nota de todo.

   Ya estamos atravesando la zona de Castilla la Vieja que es muy montañosa, con pueblos muy antiguos de épocas medievales.

   Y finalmente llegamos a Madrid a las 17 horas y otra vez nos alojamos en el Hotel Convención, el mismo en el que nos hospedamos  a la ida ,tan grande como una catedral, con pasillos largos de una cuadra, escaleritas y ascensores que habia que atravesar para ir a desayunar.

   Es un dia de verano con 28 grados de temperatura.  Una vez instalados y despues de un buen baño y de habernos cambiado de ropa, salimos a dar un vuelta y a cenar.

   Como todavia es de dia,  despues de cenar visitamos el famoso Parque del Retiro, un paseo muy pintoresco con árboles muy añosos y  que hoy como es Domingo, está lleno de gente.

   Luego, volvemos al hotel y será hasta el dia siguiente, nuestro último dia en Europa.

LUNES

   Tenemos ya todo listo para dirigirnos al Aeropuerto de Barajas.  

    Un poco nerviosos por tener que  sortear algunas dificultades para localizar el remise encargado de llevarnos, logramos ubicarlo y llegamos con tiempo de sobra.

   El avión sale con una hora de atraso y está casi vacío. Me alegro porque las idas y venidas de la gente por los pasillos del avión pueden resultar muy molestas.

   Puedo acostarme a lo largo de tres de los asientos del centro del avión ya  que detrás está todo desocupados pero no pude dormir nada.

   El viaje de vuelta me parece mas largo y más movido.  En un momento hay tanta turbulencia que se interrumpen las ventas en la boutique del avion y todos tenemos que volver a nuestros asientos y ajustarnos los cinturones.

   Pero todo no pasa de un susto, porque al rato volvió todo a la normalidad hasta que a las 20 horas de Argentina, llegamos a Ezeiza.

   Fue un viaje muy feliz e inolvidable y todo salió mucho mejor de lo que hubiéramos imaginado, gracias a Dios, que nos acompañó en todo instante.

FIN

Malena Lede