ESTOY ABURRIDO DE MI TRABAJO - Psicología Malena Lede

   La persona que lleva muchos años en un empleo haciendo cualquier tipo de trabajo, llega un momento en que lo vence el aburrimiento, sea cual sea la tarea que desempeñe.

   Comienza a pensar lo bien que se sentiría haciendo otra cosa, cualquiera que sea, con tal de verse liberado de lo que eventualmente ha estado haciendo durante muchos años hasta ahora.

   La gran mayoría cree que se sentiría mucho mejor trabajando por cuenta propia haciendo cualquier otra cosa, tal vez reparando artefactos eléctricos, haciendo muebles, cocinando para eventuales clientes, pintando paredes, vendiendo productos, tocando algún instrumento o actuando en algún teatro.

   Existen infinidad de trabajos que se pueden hacer en una gran ciudad, pero siempre hay que pensar que lo que realmente se está haciendo cuando se decide abandonar lo que se ha hecho durante muchos años es cambiar una rutina por otra, pero esta vez más incierta e insegura.

   Cualquier trabajo es importante en la vida de toda persona pero también se pueden hacer muchas otras cosas significativas y entretenidas en los tiempos libres.

   Cuando comenzamos a sentirnos aburridos del trabajo que hemos elegido muchas veces no es el trabajo en sí mismo el causante del aburrimiento sino el vacío interior que se siente por no haber crecido como persona que se es, en otros aspectos.

   El trabajo tiene que satisfacer en primer lugar las necesidades materiales y también permitirnos disfrutar en ese proceso.

   No siempre el trabajo que elegimos hacer resulta ser una actividad que permite crecer como persona; tal vez ha permitido prosperar económicamente pero pocas veces puede darnos la oportunidad de un  verdadero crecimiento.

   Sin embargo, para crecer no se necesita abandonar una actividad digna que ha permitido mantener holgadamente todos los gastos, sino replantearse lo que se está haciendo fuera de las horas de trabajo.

   Hay tiempo para todo si somos sinceros con nosotros mismos, los chicos ya no son tan chicos y se pueden arreglar solos, las obligaciones domésticas han disminuido; y si intentamos organizar mejor nuestro tiempo libre seguramente nos quedará un espacio considerable para nosotros mismos.

  El tiempo libre a veces puede asustar un poco cuando no se tiene ninguna inquietud y se ha elegido dejarse llevar por la rutina cotidiana sin hacer nada que realmente satisfaga.

  Hay que darse cuenta, o sea tomar conciencia que podríamos concretar todos esos sueños abandonados a los que renunciamos porque siempre hemos creído que la jornada laboral que cumplimos no permitió hacerlos realidad, porque el tiempo libre siempre ha sido muy poco.

  Engañarse a uno mismo y atribuir al trabajo que estamos haciendo  la culpa del fracaso de nuestras ambiciones genuinas, no es la actitud que nos pueda llevar a tomar una decisión correcta.  Más bien es una ceguera voluntaria tratando de justificar un grave error que probablemente lamentaremos.

Malena Lede