POR QUÉ NOS ENFERMAMOS - Psicología Malena Lede

       Una persona puede vivir sus experiencias y expresar sus emociones de distintas maneras,  de esa forma va modelando su carácter y manifestando con su cuerpo el éxito o el fracaso de su adaptación a los avatares de su existencia.

       Cada cuerpo humano tiene una historia que se refleja en él según la interpretación que haga cada individuo de sus experiencias y cada síntoma no sólo se debe a la acción patológica de un germen, bacteria o virus, o como consecuencia de una conducta desordenada, o a un descuido personal, ni siquiera al natural deterioro de la edad avanzada, dado que para morir naturalmente no es necesario estar enfermo.

      Por eso no son suficientes los síntomas clínicos de un enfermo sino que es necesario conocer también su biografía y el significado y sentido que ha tenido en su vida.

      Todo lo que una persona no puede expresar con palabras, lo puede manifestar tanto con actitudes como con sus órganos.

      La enfermedad representa una respuesta simbólica de acontecimientos vividos cuyos sentimientos se han reprimido y preferido ignorar, sin embargo, no es conveniente que de pronto se obligue al enfermo a enfrentarse a una realidad que no puede aceptar.  Por esta razón es necesario que llegue a tomar conciencia él mismo de lo que ignora que lo enferma. 

      Está comprobado científicamente que todo desequilibrio emocional produce estrés, y que el estrés disminuye las defensas inmunológicas del cuerpo, de modo que los problemas vitales que no se pueden o no se han podido resolver satisfactoriamente favorecen el desarrollo de la enfermedad que se está más predispuesto a padecer.

     El enfermo se ha convencido de una realidad sin salida, por eso para un médico,  es tan importante conocer esa realidad personal, tan bien como los síntomas; porque la enfermedad del cuerpo no es independiente del psiquismo inconsciente.

     En cada enfermedad yace escondido un drama personal  que se identifica con los síntomas del enfermo, quien no puede darse cuenta de esa relación ni entenderla; pero que ha sido la forma que ha encontrado de solucionar un problema que no podía resolver de otra forma.

     Vivimos en un mundo que cambia permanentemente, atravesando crisis cada vez más difíciles de asimilar, donde los valores cambian en poco tiempo y donde cada persona vive en función a su propio modo de ver la realidad.  No es fácil mantener el equilibrio ni del cuerpo ni de la mente.

    La importancia de los problemas psíquicos en la manifestación de una enfermedad está haciendo que el objetivo de curar los síntomas de los enfermos, con el tiempo se transforme en tratar de lograr que el enfermo modifique su carácter.

   El carácter es el resultado del temperamento, que es innato y de la personalidad que es adquirida en el curso del desarrollo de una persona.  Ese cambio de carácter exige un mayor conocimiento de sí mismo y un cambio de proyecto de vida que muchas veces es muy difícil de aceptar.

  El factor desencadenante de una enfermedad, su sentido oculto, es lo que hay que comprender, para llegar a  entender el significado simbólico del lenguaje de los órganos.

  Afortunadamente, la medicina actual ha aceptado que las enfermedades físicas son manifestaciones de un drama que no se puede resolver de otra forma pero que puede llegar a comprometer la vida de un  enfermo.

  La psicoterapia puede hacer consciente el modo singular de interpretar la realidad de un paciente y le brinda la oportunidad de reconstruir su forma de ver el mundo, de recuperar sus valores genuinos, de  reconocer su proyecto y el verdadero sentido de su vida.

Malena Lede

Fuente:¿Por qué enfermamos? Primera Edición, 2007, Dr. Luis Chiozza, Médico y Psicoanalista.